Es la esclavitud de nuestros días, no me cansaré de decirlo, el coche y la casa parecen ser los dos eslabones de nuestra corta pero lacerante cadena, acostumbrados a que sin casa parece que no tenemos nada nos dejamos lo que no tenemos en unas hipotecas que ya alcanzan los 50 años, solo nos queda que nos aumenten la esperanza de vida, de la mala vida...
Y sigo sin cansarme de repetirlo, nunca me compraré una casa, me niego a que me cobren el ladrillo a perpetuidad, seré un inquilino perenne así al menos no tendré que ser nunca eso tan cutre que es ser presidente de mi comunidad...presidente...pffff
Ni las casas cuestan lo que valen ni los sueldos pagan lo que nos cuesta conseguirlos, ni los trabajos ni las viviendas tienen la dignidad que alardea la constitución, ni los acabados de blanco macael ni el trastero y los armarios empotraos me harán cambiar de opinión.
Hipotécate por cero!
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